LAS FLORES DE
BAUDELAIRE. Gonzalo Garrido
Cuando leemos novela negra, de
intriga, asesinatos y misterios por resolver, nuestra atención viaja a través
de una trama que puede mostrar el camino al resultado final. Puede dispersarnos
en la llegada a ese objetivo mediante acontecimientos distractores, e incluso
puede dejar un espacio abierto a nuestra personal y exclusiva conclusión sobre
los hechos. Pero lo que pocas veces pasa cuando leemos historias de este
género, es que viajemos hacia el entorno, las costumbres y normas sociales en
las que se fragua la trama. Gonzalo
Garrido nos traslada a unos comienzos de siglo XX en el corazón de Bilbao.
Haciéndonos partícipes de su vida, sus costumbres y desarrollo. Las
flores de Baudelaire no es sólo una novela policíaca, es un recorrido
exhaustivo por una época crucial de nuestra historia reciente, donde podremos
comprender y comparar lo poco que cambia el devenir de las decisiones tomadas
con un siglo de diferencia, cuando éstas surgen de los más bajos instintos.
Las flores de Baudelaire transcurre en la capital vizcaína en
el año 1917. Alfredo Maldonado es un fotógrafo con una curiosa afición, que
utiliza como escape de una vida personal falta de emoción y sentimientos y
llena de frustraciones. Casado con una mujer antagónica a sus propias
convicciones y donde sólo les une las
tres hijas en común carentes de amor paternal. Esa afición convertida en su
razón de vida es hacer fotos forenses, a través de las cuales investiga casos
criminales. Pero el caso que se presenta es tan retorcido y complicado que llega a obsesionarlo hasta
límites muy peligrosos. La menor de la hija de los Krüger ha aparecido
degollada y con una mano amputada. La niña padecía deformidades físicas y
retraso de nacimiento. Lo que hace aún más inverosímil e incomprensible que
haya sido víctima de tan cruel aberración.
El fotógrafo se inmiscuye de
lleno en la investigación y nos adentra con todo lujo de detalles en la vida de
la familia Krüger: sus miembros, sus negocios, sus sombras... Poco a poco
iremos paseando por las costumbres de un Bilbao llenos de apariencias y
verdades escondidas. Con un final que conmociona, pero no más que el camino que
se recorre hasta él.
Podría decirlo de muchas maneras,
pero lo más sencillo y cierto es que la historia está muy bien contada. Gonzalo Garrido utiliza una prosa tan
elegante, tan llena de matices y emociones que facilita al lector meterse por
completo, no sólo en lo que sucede, también dónde y cómo sucede. Capítulos
cortos que dan agilidad a la historia y que nos hacen cambiar de escenario e
información con fluidez. Que hace que la trama se enriquezca con cambios de
ritmo no dispuestos al azar, pero nada predecibles.
Sin pasar por alto los sentimientos
que genera la historia narrada, que no es sólo la del asesinato cometido,
también la del resto de protagonistas, con sus vidas anodinas y las que menos
lo parecen, con las vidas más mediocres. Buen reflejo de una sociedad turbada
por un creciente éxito donde no es real todo lo que se ve. Mi especial atención
a la excelente pluma del autor, con un estilo muy cuidado y con alto nivel de
reflexiones contadas en primera persona por nuestro protagonista, que nos ayuda
a involucrarnos y empatizar con los acontecimientos que se van desarrollando.
Las flores de Baudelaire nos traslada y nos enseña a mirar
con detenimiento y sin pausa. Os la recomiendo. Gonzalo Garrido no sólo escribe, nos envuelve en su historia.
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