EL PACIENTE. Juan Gómez-Jurado
EMPATÍA. Término más que valorado por
los de mi profesión. A los psicólogos nos encanta utilizarla, estudiarla y como
no podría ser de otra manera, llevarla a cabo. No todo el mundo tiene la
capacidad cognitiva de ponerse en el lugar del otro, sentirse como la persona
que tiene delante y entender sus sentimientos, acciones y emociones como si
fuesen propios. Pues todo esto, es lo primero que ha conseguido en el lector, Juan Gómez-Jurado al escribir El
Paciente.
Esta obra es capaz de trasladarnos al
entorno, la situación y las reflexiones e incertidumbres del protagonista, casi
sin esfuerzo por parte del que la lee. He cerrado sus páginas (sólo cuando era
estrictamente necesario) y no he dejado de pensar qué haría yo en el lugar del
protagonista si me encontrase en ese conflicto sentimental y moral por el que
él pasa. Os aseguro que he sentido su miedo, su angustia y hasta su sensación
de pérdida. Definitivamente, a esto se le llama Empatía, y que un escritor sea
capaz de contagiárnosla a través de letras, sólo puede significar que es muy
bueno... Esa sensación de: "Dios, pero
¿qué pasa ahora?, ¡No quiero ni puedo dejar de leer!" Y al mismo tiempo la
contradicción de: "Por favor, que no termine ya. Qué será de mí cuando acabe
la historia..." Muy pocos libros me despiertan esta paradoja. El
Paciente se lleva todos los honores.
El doctor David Evans es un
prestigioso y honrado neurocirujano, recientemente viudo y con una hija pequeña,
Julia. Se encuentra en uno de las peores
momentos de su vida cuando además, es elegido para la intervención más
importante de su carrera: operar al presidente de los Estados Unidos de América.
Un psicópata (señor White, personaje a tener muy en cuenta) empleado por otros
superiores, secuestra a la hija del doctor como moneda de cambio. O muere el
presidente en la mesa de operaciones, o mata a la pequeña Julia. A partir de
este momento, Evans cuenta con tan sólo 63 horas sin descanso para actuar en
función de sus sentimientos y convicciones, con la ayuda incondicional de su
cuñada Kate. 63 horas donde el lector también se quedará sin aliento
acompañando al doctor en los diversos avatares que recorre buscando la mejor
salida posible.
Juan Gómez-Jurado emplea una narrativa ágil, rápida, sin preámbulos. Cada frase es
importante en el desarrollo de la historia. No hay nada descrito al azar, todo
es funcional. Es una acción continua. La descripción de los personajes, sus
perfiles psicológicos y emocionales nos hacen sentirlos como personas reales.
La capacidad de perfilar a la perfección la personalidad de sus protagonistas
es lo que más me fascina (en ésta y en todas sus obras) de la pluma de Juan Gómez-Jurado. Todo ello,
acompañado de las maravillosas explicaciones médicas, hace que El
Paciente, sea una lectura apasionante y desgarradora, pero también muy
instructiva.
Yo, que me vanaglorio, de haber leído
toda la obra del autor, tengo que decir que para mí, hay un antes y un después
de El
Paciente. Ninguna de sus novelas me han defraudado, de hecho, los que
me conocéis, pensaréis que esta buena crítica estará muy mediatizada por el
amor que le profeso a sus libros. Os aseguro que antes de abrir la primera
página me prometí ser objetiva y no sucumbir a sus anteriores
"encantos" si ésta no me gustaba. Pero es que no ha habido opción. El
Paciente es una obra maestra de la intriga, la conspiración, de los
sentimientos y valores emocionales. Su argumento es adictivo y su narrativa es
cuidada y directa. ¿Quién da más?
Todo lo demás os invito a
descubrirlo, pero no me resisto a mencionaros un fragmento de la página 80 (si
el autor me lo permite) que no he olvidado desde que lo leí:
"Es curioso como la felicidad pura, sin adulterar, no deja poso en
nuestros corazones, mientras que las aguas turbias de la tristeza manchan por
doquier"
El Paciente no es una historia para leer. Es una
historia para reflexionar, sentir y admirar en un sitio privilegiado de nuestra
mente y nuestra biblioteca. "Mi Paciente" ya tiene su lugar reservado
al lado de los grandes en ellas.
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