Mi blog

El que tiene un porqué encuentra el cómo.

miércoles, 30 de abril de 2014


MIS PRIMEROS, PRIMEROS BESOS. Lyona

Ummm, el primer beso... (y utilizo "ummm" como onomatopeya susceptible de cualquier interpretación). Puede pasar por nuestra cabeza un recuerdo de graduación tan variable, como personas los hayan experimentado. Desde el más romántico, entrañable y apetecible, hasta el beso asociado a la aversión de unas expectativas decepcionadas. O lo que es lo mismo, que nos repugnó. Pero entre éstos y los miles de matices que se pueden encontrar en el primer beso de cada persona, lo importante es que hayamos tenido uno. Y que sólo nos pertenece a nosotros.

El libro que aquí os traigo no es un tratado de seducción, ni un manual sobre los beneficios físicos y/o emocionales demostrados que los besos generan en aquellos que los "consumen". Es mucho más sencillo, incluso básico en cuanto a palabra escrita. Mis primeros, primeros besos es un libro bonito y dulce. Visualmente muy atractivo e impecable hasta el extremo. Sensible. Es sin duda el reflejo del mejor primer beso que pudiésemos vivir. Con poco texto y muchas ilustraciones, Lyona nos relata los detalles de sus primeros besos (los primeros veinticuatro besos, para ser exactos). Nos pone en situaciones cotidianas y emociones comunes ante el mágico primer momento de unir los labios y el alma. Siempre lleno de humor y sentimientos. Lo bueno de esto, es que hay tantos primeros besos, como personas distintas con las que los hayamos experimentado. Y así nos los describe Lyona. Como suele pasar, el mejor, el último primer beso...ummm (esta vez en el mejor de los sentidos).

Un lenguaje sencillo y cercano que completa con preciosos dibujos que ayudan, no sólo a ver a la protagonista en estos íntimos momentos, también a vernos a nosotros mismos recordando los nuestros. Este libro no es una lectura al uso, es un recorrido visual por una de las acciones más bellas y placenteras de las que disfrutamos los humanos: BESAR. Qué afortunados somos... Regálense besos y ofrézcanlos. El más apasionado, el más dulce, o incluso el más casto. Si quieren pasear con la sonrisa del recuerdo de momentos mágicos, o los más jóvenes, descubrir qué encierran esos esperados contactos, disfruten con Mis primeros, primeros besos. Y recuerden el primer beso, pero que nunca haya un último. Para ello, no dejen de besar.
 
 

martes, 22 de abril de 2014


ROTTENMEIER.   Roberto Carrasco


¿Cómo olvidar a Heidi? Su bondad, su inocencia, su amor incondicional y esa vitalidad contagiosa que hacía las delicias de todo el que pasaba por su camino. Nos obnubiló a todos su aparición, excepto a la señorita Rottenmeier... Cuántas veces utilizamos este nombre como eufemismo de tosquedad, estiramiento y frialdad. Y que poco nos hemos parado a pensar por qué la insufrible institutriz llegó a cultivar ese odio hacia Heidi y hacia cualquier expresión tácita de felicidad y paz interior. Pues os alegrará saber que Roberto Carrasco sí que ha deparado en ello, y con Rottenmeier, acabo de descubrir su vida y sus sombras en un diario en primera persona a modo de confesión. La señorita Rottenmeier pasa a ser protagonista irrefutable, convirtiendo a nuestros queridos personajes de la infancia en meros participantes secundarios que se cruzan en su camino, no por ello, dejando de marcar el devenir de su existencia.

Charlotte Rottenmeier hace un recorrido de su historia personal, desde sus orígenes pasando por una infancia detallada y narrando cómo el paso de acontecimientos y circunstancias (que no os voy a desvelar) la acaban convirtiendo en un ser resentido, egoísta y con unas convicciones morales y religiosas tan excéntricas que rozan la psicopatía. Las justificaciones razonadas y convincentes que ella misma da a sus actos, hacen que el lector pase la línea de la “locura” percibida, convirtiéndola en un humor negro, muy negro. Al menos en mí, ha tenido un efecto de comedia retorcida y no por ello me parece menos real. La personalidad de la señorita Rottemeier es de manual para los profesionales de la Psicología. Tan bien compuesta y expuesta que, al relacionarla con la historia ya conocida de la cándida Heidi (o Adelaida para nuestra protagonista) consigue desatar la risa más escondida. Hay que hilar muy fino para convertir esta historia, bastante oscura y a veces delirante, en algo gracioso. Roberto Carrasco lo consigue sin esfuerzo aparente. No olvidéis el nombre del autor, su buena narrativa, originalidad y su calidad literaria harán que Rottenmeier, y lo que se proponga, llegue muy lejos.

Me ha hecho reír, impresionarme y trasladarme a aquellos años en los que esta historia, desde otra perspectiva mucho más “blanca”, hacía los delirios de mis tardes. Me alucina experimentar cómo puede cambiar nuestro concepto de una historia en función del punto de vista desde el que la conozcamos. La vida misma... Pero también ha sido emocionante. Gran sorpresa ver aunadas sensibilidades tan dispares, pero tan bien conjugadas en estas páginas. Queridos lectores, volved a la infancia con esta novela. Una infancia más macabra, pero mucho más divertida y no perdáis de vista al entrañable Pedro, todo un descubrimiento...
 
 

domingo, 6 de abril de 2014


AZUL VERMEER. Mar Mella
 

Cuando  Marta Miralles, protagonista de la novela, se pone delante de un gran cuadro, su cuerpo, su mente y sus emociones, emiten señales inequívocas de que ante sus ojos hay algo especial. Consigue fusionar sus pensamientos con el autor de la obra, y estremecerse hasta lo más profundo. Emoción que sólo lo elaborado con maestría y perseverancia traspasa a aquel que lo contempla y por tanto, lo vive. Salvando las distancias, algo así me ocurre cuando cierro la última página de un libro. Sólo aquellos que soy capaz de interiorizarlos, vivirlos y fundirme en sus letras, me despiertan un entusiasmo incontrolable, que hace que mis emociones afloren sin contención. Es lo que tiene el Arte, da igual en cuál de sus facetas. Cuando es extraordinario, sólo puedes dejar que te emocione sin contemplaciones. Queridos lectores, Azul Vermeer, es Arte.

Mar Mella nos adentra con su incomparable pluma dentro de un mundo de cuadros, restauraciones, subastas, colecciones y negocios pictóricos más o menos aceptables. Pero sobre todo, nos consigue transmitir el amor vocacional por el arte de aquellos que lo sienten como un modo de vida. Todo el que sienta la magia de una creación, sabe a lo que me refiero.

Marta Miralles es una joven introvertida, con nula vida social y muchos fantasmas que atormentan su existencia. Con una infancia cuanto menos injusta, va marcándose una personalidad misteriosa y reservada. Que a su vez, la empuja a refugiarse en lo único que le hace sentirse segura y en paz: la restauración de cuadros. Tocada con un Don especial y con una habilidad casi extrasensorial para comunicarse con las obras, pronto es descubierta por su maestro Ruud, famoso restaurador especializado en la pintura flamenca. Éste pone en su mano todas sus enseñanzas y cariño olvidado, gracias al que Marta aprenderá sobre el arte y la vida. Irán sucediéndose acontecimientos en el mundo de la restauración y los intereses particulares, que nos harán conocer cómo se mueven los hilos en el negocio del arte y cuánto importan las trastiendas de este mercado.

Azul Vermeer nos transporta a un mundo especial, donde sólo unos cuantos privilegiados tienen el honor y la capacidad de disfrutar de él. A la misma vez y casi por encima de esto, está la protagonista. Su historia, el devenir de sus pasos, su vida interior oscura y cruel, no hace más que acercarnos a ella, quererla y protegerla. Resalto la dulce, concisa y exhaustiva descripción de la autora para hacer que caigamos rendidos a los pies de Marta Miralles, desde el mismo momento que aparece en nuestras vidas. Con una narrativa ágil y adictiva, pero con tiempo para emocionarnos, y admirar unas páginas bien escritas, no consigo salir de mi fascinación, y eso me encanta. No se trata sólo de la historia contada, sino la manera de hilarla a través de distintos tiempos en la narración. Sin dejar ni un detalle en el aire. Se darán cuenta cuando lleguen al final...

En días como hoy las emociones me desbordan. Tengo la gran suerte de disfrutar de una manera indescriptible con un libro como Azul Vermeer. Léanlo. Les garantizo que les embargará la buena literatura y que a partir de entonces, el azul será más intenso.

NOTA: Mi más sincero agradecimiento a Juan Pedro Martín por descubrirme la novela y a Mar Mella por su atención y disponibilidad. Esperamos ansiosos tu próxima obra.