Editorial: PLANETA
La magia de los libros radica en que
cada cual construye lo que lee de una manera personal e intransferible. Cada
cerebro procesa la información convirtiéndola en escenas fieles a la lectura,
pero únicas en imágenes. Pues hay libros que bien por ser una segunda parte y
haber puesto rostros en la pantalla a una primera, o porque simplemente tenemos
la certeza que pronto podremos verlos transformados en películas, hacen muy
fácil su lectura y muy ágiles y claras la representación en nuestra cabeza de
sus escenas escritas. Sin embargo, y a pesar de que La venganza viste de Prada probablemente
está destinada a ser no sólo un éxito editorial, sino también de taquilla, qué
feliz me hace comprobar una vez más, que nada como leer. Incomparables los
detalles, descripciones e incluso sentimientos transmitidos a través de la
letras, que nos permite detenernos, saborear y redescubrir aspectos
desapercibidos de cualquier otra manera. Lauren
Weisberger, conoce a la perfección la literatura de entretenimiento y sabe
lo que se hace. Nuevo bestseller garantizado. Porque lo que está claro es que
conecta con lo que a las lectoras les gustaría vivir: un
segundo cuento de princesas, a veces felices, a veces "desencantadas"
con su reino y su príncipe azul (tirando a celeste) en pleno siglo XXI.
Han pasado diez años desde que Andy
Sanchs dejó plantada en París a la omnipotente Miranda Priestly, jefa de la
prestigiosa revista de moda Runway.
Las cosas han cambiado bastante, tiene su propia revista junto con Emily, que
empieza a alcanzar gran popularidad, se va a casar con un chico inmejorable y
casi ha conseguido enterrar los fantasmas del pasado, pero... sólo casi. En su
destino de nuevo aparece Miranda, que hará tambalear la seguridad lograda y
abrir viejas heridas. Andy no estará dispuesta a que eso ocurra y se verá
involucrada en la tormentosa influencia de su exjefa. Nuevamente aparición
estelar en esta segunda entrega para Miranda Priestly, la que, a pesar de estar
muy presente, no ha aparecido todo lo que a mí me hubiese gustado. Creo que el
perfil de este personaje es el que consagra la novela como merecedora de su
éxito. Me fascina el buen encaje del personaje con su falta de empatía, moral y
humanidad ante la prioridad absoluta del éxito profesional. Y me fascina tanto
porque es más real de lo que parece.
Con un estilo narrativo nada intenso
y fácil de leer, la historia avanza tan rápido que sus más de cuatrocientas
páginas parecen achicarse. Justo detenimiento a aspectos destacables. Lo que
sucede en la secuela de El diablo viste de Prada, está por
encima de cualquier detalle del libro. Es decir, la historia, entretenida y
rápida, se antoja muy buena lectura para días calurosos con pocas ganas de profundidades
intelectuales. Sin duda, será la lectura del verano y espero que las vidas
entrelazadas de Miranda y Andy no terminen aquí.
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