Reseña de Los
últimos días de Adelaida García Morales de Elvira
Navarro. Una recomendación de Mercedes Suero
Editorial:
Literatura Random House
Mis
lecturas de Elvira Navarro nunca podrán considerarse
imparciales, reconozco que desde que leí La trabajadora
hubo un impulso químico, cual flechazo de Cupido, que me unió a su
forma de transmitir, que hizo que el ver una nueva portada con su
nombre (y parte de su cara) despertara todas mis ilusiones por volver
a sentir lo que con pocos escritores contemporáneos consigo: un
total estado de ensimismamiento y admiración entre páginas
especiales. La onubense vuelve con Los últimos días de
Adelaida García Morales y
a pesar
de este título, que podemos asociar a una crónica real, la novela
es pura ficción y se deja claro. Lo que sí tiene parte de verdad es
la anécdota que desencadena las diferentes elucubraciones que la
autora hace sobre esos momentos y cómo afectó a las personas con
las que tuvo el último contacto.
La
realidad es que Adelaida García Morales fue una escritora que
alcanzó un gran éxito literario gracias a la película que su
entonces marido hizo de un relato suyo: El Sur. El
cual se publicó posteriormente. Ganó el Premio Herralde en 1985 con
El silencio de las sirenas, digamos
que tuvo su momento de reconocimiento merecido y siguió publicando
en las siguientes décadas con un creciente camino hacia el
anonimato. Falleció el 22 de septiembre de 2014 con poca repercusión
mediática a pesar de haber sido en algún momento incluso lectura
obligatoria en los centros educativos. Murió en el olvido literario
y una anécdota de sus últimos días desencadena una mirada muy
personal de Elvira Navarro
sobre lo que, por qué no, pudo ser.
Una
realizadora de un documental con testigos cercanos a la escritora
desaparecida y su psiquiatra. Por otro lado, una concejala de cultura
con mala conciencia ante la deshumanización de lo que debería ser
la protección pública. En torno a estas dos circunstancias se rodea
la vida ficcionada de García Morales y los protagonistas encargados
de poner en claro quién fue, cómo vivió y cómo acabó. Como
broche final y sin añadir nada a la trama se añaden datos
informativos reales sobre el momento de su muerte y unos mail que dan
la pista al origen de todo, a la chispa del porqué de Los
últimos días de Adelaida García Morales. A
partir de entonces, Navarro ficciona el final de una vida con más
oscuros que claros, con problemas psiquiátricos y un abandono
personal y cultural. No dejan de ser especulaciones, pero la crítica
social una vez más es la gran protagonista de la novela desde el
individualismo de sus personajes. Ésta es sin duda la firma especial
de Navarro. Sin perder el tono tranquilo y comprometido nos revuelve
por dentro para darnos de bruces con la actualidad más desoladora,
casi con la falta de esperanza.
Ya
la portada dice mucho de lo que encontraréis leyendo esta novela, la
mirada de soslayo en una prudente distancia de la autora hacia la
desaparecida Adelaida en un primer plano tan expuesto como ausente.
Una carga de melancolía en lo que la vida depara en su devenir
inesperado e inhóspito. Tengo que decir que esta lectura (al igual
que La trabajadora)
deja cierto regusto de mala conciencia colectiva. Está bien ahondar
en cosas que miramos de reojo y justo el hacer que el nombre de
Adelaida García Morales vuelva a sonar en las letras de nuestro
país, ayuda a que el mundo sea algo mejor.